Francisco G.M., de unos 50 años, fue denunciado por tres trabajadoras al descubrir que las había reconocido, en algún caso ginecológicamente, sin ser médico, como él las había hecho creer.

Las tres mujeres presentaron una denuncia ante el comité del centro de trabajo C-3 de Renfe y la Secretaría de la Mujer de CCOO de Madrid, quienes la elevaron al gerente de Salud Laboral el pasado 16 de septiembre.

La empresa consideró el pasado 28 de enero que la conducta del ATS constituía una fata laboral muy grave por usurpación del cargo, lo que podía acarrearle el despido, pero finalmente le sancionó con 180 días de suspensión de empleo y sueldo merced a un atenuante recogido en convenio: "haber estado propuesto alguna vez para un premio".

El ayudante técnico sanitario aún no ha cumplido el castigo impuesto por encontrarse de baja, según las mismas fuentes.

La Secretaría de la Mujer del Sindicato Ferroviario de Madrid de CCOO reconoce el valor de las denunciantes por haber superado fertes presiones de otros compañeros para que no declararan en contra de Francisco G.M.

El sindicato lamenta que este tipo de situaciones, que considera de acoso sexual, no cuenten con un tratamiento disciplinario específico en la actual legislación laboral.

Para CCOO, al no estar correctamente tipificados estos comportamientos ni en la normativa laboral ni en la reglamentación interna de Renfe, "pueden darse situaciones irregulares en el tratamiento, como considerar falta laboral lo que en realidd es una actuación de acoso sexual que atenta contra la dignidad de la persona".