Según Corsini, "entendemos que dentro de la definición del futuro modelo ferroviario, uno de los temas que tendremos que abordar es el de la reducción de la deuda histórica del Estado con Renfe".

El presidente de la compañía ferroviaria cifró la deuda otal de Renfe en 1,141 billones de pesetas, de los que unos 600.000 millones corresponden a compromisos del Estado con la empresa, que no han sido liquidados en los ejercicios correspondientes, más los intereses devengados para financiar esa cantidad.

Hasta ahora, la empresa sólo ha logrado que el Estado reconozca la existencia de dicha deuda y el compromiso de abonar anualmente los intereses correspondientes, extremo que viene aplicándose desde el contrato-programa suscrito por ambas partes en 1994 yrenovado en 1999.

Precisamente por este concepto, la compañía percibió de las arcas públicas el año pasado 32.319 millones de pesetas, cantidad que recoge una sustancial reducción, consecuencia de la continua bajada de los tipos de interés en los últimos dos años y medio.

Ahora, según los responsables de Renfe, se trata de buscar soluciones con el Ministerio de Fomento y el de Economía y Hacienda para que el Estado asuma también el compromiso de liquidar el principal de dicha deuda. "Será difícilentrar en el marco liberalizador del servicio ferroviario en España" dijo Corsini, "si Renfe no logra aligerar antes la carga financiera que representa esa deuda histórica".

También en ese marco liberalizador inscribe Renfe su estrategia de buscar alianzas y sistemas de financiación mixta -capital público y capital privado- para afrontar sus futuros proyectos de inversión.

La compañía cuenta con un plan de inversiones de unos 200.000 millones de pesetas para el período 1999-2000 -que es la duracin del actual contrato-programa con el Estado-, de los que más de la mitad, unos 111.000 millones, se asignarán al contrato de trenes AVE para la línea Madrid-Barcelona-frontera francesa, cuyo pliego de concurso acaba de ser aprobado por la empresa.

La participación privada, según Renfe, tiene como finalidad evitar precisamente que aumente más el endeudamiento propio de la compañía por la compra de trenes y aprovechar la experiencia de socios que contribuya a mejorar la competitividad, la eficiencia y a cuenta de resultados de la empresa.