Según un informe de gestión del negocio internacional de Renfe, al que ha tenido acceso Servimedia, la compañía ferroviaria tiene tres líneas de negocio internacional: la venta de trenes nuevos, la de material excedente que se ha quedadoanticuado para sus necesidades, y la de contratos de asesoramiento, formación y remodelación de material en otros países.

Entre los contratos que ya tiene cerrados Renfe destacan los dos suscritos con Alemania a través de la 'joint venture' formada con Talgo, cuyo valor global es de 11.500 millones de pesetas. De ellos, 8.000 millones fueron contratados en 1992 para la venta de cuatro composiciones, y el resto forma parte de una ampliación de este acuerdo, por valor de otros 3.500 millones.

A ells se suman varios contratos de venta de material viejo, remodelación y asesoramiento técnico y formación con varios países que suman, en total, unos 2.200 millones de pesetas más.

Entre ellos, destaca el de venta de material viejo argentina por importe de 1.200 millones de pesetas, y otros dos de asistencia técnica a los Ferrocarriles de Mozambique, Colombia y Bolivia por 800, 100 y 70 millones, respectivamente.

Pero la apuesta internacional de Renfe ha alcanzado su mayor volumen, según los resposables de la compañía, en el último año y medio, con la presentación, sola o asociada, de una batería de ofertas para la venta de material nuevo y usado, y nuevos acuerdos de asesoramiento, que elevan a 26.000 millones los contratos pendientes de cerrar.

Un ejemplo de esta ofensiva internacional es que el equipo que preside Mercé Sala promueve añadir, a su ya tradicional alianza con Talgo, nuevas asociaciones con las multinacionales CAF y Gec-Alsthom, que aún no se han materializado en ofertas concrets para la venta de trenes a otros países.

Hasta ahora, la alianza Renfe-Talgo of America es la que mejor ha cuajado, con una oferta que ha sido bien recibida por la empresa norteamericana Amstrak, y que, de concretarse en un contrato final de venta de trenes, supondría unos ingresos en los próximos 5 años de unos 16.000 millones de pesetas.

Otros contratos pendientes que tiene Renfe le representan unos intereses potenciales en el exterior de unos 10.500 millones de pesetas más, entre los que destcan los 4.000 millones de negocio que le generarían las ofertas presentadas en Argentina, para la venta de material usado.

La compañía también espera la resolución favorable de la oferta presentada junto a otras empresas españolas en Túnez, para la remodelación de 100 coches de pasajeros por importe de unos 3.000 millones de pesetas, otro con el mismo cometido en Egipto de 300 millones o la materialización de contratos de venta de material usado a Chile (1.000 millones), India y Pakistan (1.000 millons), y Ucrania (1.000 millones), entre otros.

1.000 MILLONES DE DOLARES

Pero una de las ofertas más ambiciosas y novedosas de Renfe es su liderazgo del consorcio creado para quedarse con el contrato de construcción del ferrocarril nacional de Libia, cuya primera fase supondría, entre instalaciones fijas y material rodante, unos 1.000 millones de dólares.

El novedoso interés de Renfe en este consorcio, en el que están también las contructoras Cubiertas y MZOV y Huarte, fabricantes de material rodnte como CAF y Gec Alsthom y la empresa estatal Corporación Siderúrgica Integral (CSI), es quedarse con la posterior explotación del servicio, que en su día formará parte del ferrocarril Transmagrebí.

Actualmente, el consorcio ha presentado su documentación para ser precalificado en el concurso de adjudicación, y cuenta con el apoyo de la empresa estatal española Sirecox, para diseñar un sistema de financiación basado en las compensaciones con petróleo.