La renovación total de trenes podría suponer un esembolso en varios años de entre 15.000 y 18.000 millones de pesetas, por los que podría competir Talgo en contratos sucesivos, si incluye en sus nuevos prototipos las exigencias tecnológicas que le está planteando Renfe.

Como muestra de su buena disposición, los directivos de Renfe han ofrecido a Patentes Talgo la adquisición, antes del mes de julio, de dos nuevos trenes de la que sería, si el fabricante acepta el reto tecnológico, su sexta generación.

La compañía de Mercé Sala condiciona el acerdo a que la sexta generación de 'Talgos' incluya nuevas tecnologías, que les permitan adaptarse a las condiciones de velocidad alta (200/220 kilómetros por hora), en las que pretende especializar sus servicios de largo recorrido durante los próximos años.

El precio de esta primera compra podría oscilar entre los 1.000 y los 1.200 millones de pesetas. A razón de unos 500-600 millones de pesetas por cada composición, el plan global de sustitución de trenes planeado por Renfe podría exigir una inversió en varios años de entre 15.000 y 18.000 millones de pesetas.

Las reformas que Renfe reclama de Talgo deberían aplicarse sobre su última generación de trenes, los llamados 'Talgo 200', y se destinarían inicialmente a cubrir servicios internacionales y de largo recorrido en los que es preciso el cambio de eje en las rodaduras por el diferente ancho de vía, es decir, el AVE.

Esta operación tiene el alcance de iniciarse justo después de que Renfe decidiera el pasado martes adjudicar al consorcio GECAlsthom-Fiat un contrato de compra de diez trenes autopropulsados 'Intercity' para servicios regionales. El contrato tiene un importe de 9.058 millones de pesetas, con el compromiso de los fabricantes de ceder el 80% de la carga de trabajo a los talleres con que cuentan en España.

La oferta presentada a dicho concurso por Talgo quedó "fuera de juego", según palabras textuales de responsables de Renfe, porque los trenes de la firma española no cumplían ni el pliego de condiciones del concurso desde el unto de vista tecnológico.

Las mismas fuentes indicaron a Servimedia que el material que se pretende sustituir son las antiguas composiciones Talgo Serie 3 -unos 330 coches en total-, que están ya amortizadas y para las que cabría una remodelación con el fin de colocarlas en el mercado de segunda mano.

De hecho, Renfe viene desarrollando desde hace más de un año una política de reventa de material usado entre las compañías ferroviarias de Sudamérica, a las que podría destinarse finalmente el mateial excedente que resulte de la política de sustituciones que pretende llevar a cabo en España.

La última operación de este tipo es la llevada a cabo con la empresa de ferrocarriles estatales de Chile, EFE, y la privada Fepasa, por un importe aproximado de 1.000 millones de pesetas, para la venta de locomotoras Alco de Renfe. A dicho acuerdo se suma otro entre las dos firmas estatales española y chilena, para la adquisición por ésta última de coches de la serie 12.000 de primera y segunda clase, y de oches-cama.

Anteriormente, Renfe acordó con la argentina Transportes de Buenos Aires (TBA) la venta por importe de 800 millones de pesetas de 16 locomotoras Alco, más suministros y repuestos por valor de otros 106 millones.