Este plan, que en principio se limita al tercer cuatrimestre del año, prevé la supresión total del exceso de jornada de todos los trabajadores que no estén directamente relacionados con la explotación ferroviaria y de destacamentos y descansos no disfrutados.

También establece la supresión de todos aquellos gastos de locomoción, dietas y gastos de viaje de los trabajadores ajenos a la explotación ferroviaria. Estos recortes no afectan, por tanto, a los maquinistas, interventores y personal de ciculación y estaciones.

El objetivo de Renfe es reducir de modo significativo los gastos de personal en los meses que restan del año. Según los datos facilitados a esta agencia, la compañía ferroviaria abonó en 1992 por exceso de jornada 6.311 millones de pesetas.

Los destacamentos (destino del trabajador a un lugar fuera de su residencia habitual) supusieron un gasto para Renfe de 1.895 millones de pesetas el año pasado y los descansos no disfrutados otros 1.885 millones de pesetas.

En septimbre de 1992, la compañía ferroviaria puso en marcha un plan de austeridad general que afecta a todas las unidades de negocio de Renfe, con el fin de reducir los presupuestos de contrataciones al exterior, como publicidad, un mayor control de las autorizaciones de gastos y limitar los gastos por teléfono, luz y otros pequeños gastos.

Los portavoces de Renfe consultados indicaron que el objetivo de este plan, al que se suma el puesto en marcha este mes, es "concienciar a la gente para que gaste menos".La compañía ha remitido a finales de agosto notificaciones al personal en este sentido pidiendo un esfuerzo mayor.

Las fuentes de Renfe consultadas indicaron que la puesta en marcha de estas medidas ha permitido reducir considerablemente los gastos. Así, los gastos de personal, energía materias y servicios de la compañía descendieron un 6,39 por ciento en el primer semestre del año.

En total, los gastos por estos conceptos pasaron de 162.467 millones de pesetas entre enero y junio de 1992 a 152.00 millones en los mismos meses de este año, mejorando incluso los objetivos de Renfe, que situaban estos gastos en 155.860 millones de pesetas.