"Lo fundamental", dijo Corsini, "es que logremos dar un servicio entre Madrid y Valladolid en una hora", porque de ello depende que se pueda triplicar la demanda para la compañía, y el efecto dominó que supondría para todos los tráficos de la cornisa norte de España.

Con la variante de Guadarrama, según el presidente de Renfe, la compañía podría mejorar sensilemente su cuenta de resultados por el efecto económico que generaría, ya que "llegar a Valladolid en una hora supondría reducir en dos horas todos los tiempos de viaje con el norte de España".

Señaló que dicha obra se ha convertido en una prioridad para Renfe, y que este tipo de actuaciones, junto a la renovación del Contrato-Programa con el Estado -el actual vence en 1998-, y la incorporación de nuevo material rodante, haría que la compañía pueda registrar el equilibrio económico en su cuenta de resltados, excluyendo los gastos de gestión de las infraestructuras.

CORREDORES SEMIPRIVADOS

El presidente de Renfe también anunció también que se mantienen negociaciones con grupos fabricantes de material rodante para explotar conjuntamente corredores ferroviarios.

Corsini dijo que el proyecto está aún en fase de discursión con diferentes grupos, y que espera poder convocar un concurso para crear agrupaciones de interés económico con esa finalidad en lo que queda de verano.

Precisó que la fómula que se está estudiando pretende unir la experiencia en la gestión de tráficos de Renfe con la de los fabricantes, para dotarse de material competitivo a precios más baratos, a cambio de compensarlos con los beneficios de la explotación del servicio.

Ello implica, dijo Corsini, que los corredores que se barajen para este sistema de explotación mixta (público-privado) tengan que ser necesariamente los que ya están operativos y sean rentables, dentro de las unidades de Negocio de Largo Recorrido, Reionales y Cercanías.

RESULTADOS

Corsini explicó ante la prensa los resultados de 1996 y las cuentas de la compañía hasta mayo de 1997. En los cinco primeros meses del año, la empresa ha logrado mejorar sus resultados en 14.000 millones respecto al mismo periodo del pasado ejercicio.

Esto es consecuencia de un superávit de gestión de 260 millones de pesetas, frente a los "números rojos" de 2.782 millones que se apuntó en las mismas fechas del año pasado, y de una reducción en las aportaciones de estado de 11.007 millones de pesetas sobre lo previsto, por la mejora de eficiencia en la gestión.

Hasta mayo, el estado ha aportado a Renfe por los contratos de servicio público 19.169 millones de pesetas, 4.942 millones menos que en 1996, y los ingresos comerciales de la compañía se sitúan en 85.481 millones de pesetas, 1.256 millones más que en el mismo periodo de 1996.