La compañía ha rechazado la opción de crear filiales o conceder a empresas privadas la gestión, y ha preferido crear al 50% Agrupaciones de Interés Económico (AIE) con fabricantes de trenes, en las que el personal sigue perteneciendo con las condiciones actuales a Renfe, que además continúa siendo titular de la concesión del servicio.

La empresa prevé unas necesidades de inversión en nuevos trenes para los próximos cinco años de entre 100.000 y 120.000 millones de pesetas, mientras que con los cntratos de arrendamientos a través de AIE esa partida se reduciría a unos 40.000 millones.

Las fuentes consultadas coinciden en señalar que el motivo de esta experiencia piloto de Renfe son las restricciones económicas que se le están imponiendo al ferrocarril en España a través de los Presupuestos del Estado y la necesidad de la compañía de buscar nuevas fórmulas de financiación para renovar su parque de trenes ante la competencia creciente de la carretera.

Estas AIE afectarán a los cinco servicos ya conocidos: Cercanías de Bilbao, Cercanías Madrid-Parla, Cataluña Expres y los servicios de Largo recorrido Madrid-Valencia y Madrid-Alicante.

Las cuentas hechas por Renfe prevén una mejora de resultados operativos hasta el 2012 de casi 17.000 millones de pesetas, según dicho informe económico, que apoya sus estimaciones en una previsión de inflación del 2% durante todo el periodo y en el aumento del número de viajeros que generará la mejora de los servicios y el control de los costes de mantenimento y operativa diaria.

Según el informe económico de Renfe, el conjunto de los ingresos totales de las AIE se calculan en unos 21.525 millones de pesetas, frente a unos gastos de 21.760 millones. Con el actual sistema, los ingresos serían de 19.986 millones de pesetas y los gastos de 21.813 millones, es decir, que el déficit es menor con aliados privados que sin ellos y, además, el impacto por la incorporación de nuevos trenes se reduce sensiblemente.

Además de aportar el personal y la estructua y hacerse cargo de la explotación del servicio, Renfe asumirá el mantenimiento de los trenes mediante la Unidad de Negocio que tiene para este fin.

Por su parte, el fabricante aportará material rodante y colaborará con la compañía ferroviaria en la gestión del servicio a cambio de un canon. También la AIE pagará un canon por el uso y mantenimiento de los trenes.

La vida de los contratos es inferior a la prevista para los nuevos trenes que se aportarán a los servicios objeto de la operación, porlo que al final de los acuerdos Renfe podrá optar entre quedar exenta de cualquier obligación, comprar el material al precio residual o seguir con ellos en alquiler pagando el 60% del canon que ha regido hasta entonces.