Según informó hoy en el Congreso su presidente, Miguel Corsini, las aportaciones públicas del presente ejercicio alcanzan los 262.000 millones de pesetas, mientras que las previstas para el próximo año en los Presupuestos Generales del Estado se sitúan en 248.738 millones.

Según Corsini, los ingresos por tráfico crecerán un 5,6%, mientras que los gastos de explotación se recortarán en 3.000 millones. Además, las inversiones crecerán en más de 10.000 millones, situándose en 68.617 millones, el 67% de llas para la gestión de infraestructura ferroviaria.

De las aportaciones del Estado, según el presidente de Renfe, el 52% corresponderá a la gestión de las vías, actividad que realiza la empresa por delegación del Estado. Los contratos de servicios en cercanías y trenes regionales supondrán otro 33% y las aportaciones para el plan de viabilidad de las demás unidades de negocio asumirán el 15% restante.

El presidente de Renfe adelantó también que la política inversora de la compañía variará su tenencia el próximo año. Mientras que hasta ahora el grueso se destinaba a la adquisición de material, desde el próximo ejercicio Corsini anunció que el 67% del esfuerzo inversor se empleará en gestión de la infraestructura propiedad del Estado, frente a un 26% en equipos y medios de transporte y el 7% restante a talleres y otros medios de producción.

En el capítulo financiero, la compañía ferroviaria volverá a destinar más dinero a amortizaciones que inversiones. Las primeras se llevarán 79.688 millones 10.566 más que el año pasado. En este sentido, la empresa espera autofinanciarse el próximo año y no tener que recurrir al permiso de endeudamiento de 25.000 millones que le otorgan los Presupuestos del Estado para el año que viene.