Esta decisión fue tomada hoy por el Consejo de Administración de Renfe, reunido de forma extraordinaria. El concurso significa la construcción y mantenimiento integral de los trenes que circularán a una velocidad de entre 250 y 270 kilómetros por hora entre Madrid, Barcelona y la frontera francesa.

Los convoyes estarán compuestos por una máquina de una potencia de 16,3 kilowatios por tonelada y cuatro coches con 237 plazas, repartidas entre clase turista y preferente. Además, deberán incorporarcafetería y garantizar la eliminación de barreras para permitir el acceso a personas con discapacidad.

Renfe ha impuesto a las dos compañías que una gran parte de la fabricación y mantenimiento se desarrolle con mano de obra española y en territorio nacional, como ya ha hecho con otros concursos adjudicados a empresas extranjeras.

Por su parte, el consorcio Alstom-Caf agradeció a Renfe la confianza que ha depositado en su oferta y anunció que el producto y la tecnología que aplicarán cumplirá ampiamente las expectativas, contribuyendo así a un nuevo éxito de la alta velocidad en España.