El departamento que dirige Javier Balza preció que las autoridades municipales de Markina son soberanas para decidir sobre la idoneidad de instalar la capilla ardiente en honor a Rementería en el interior del Ayuntamiento.

En cualquier caso, explicaron que contra dicho acto, aún estableciendo la posibilidad de que incurriera en un presunto delito de apología del terrorismo, se deberían tomar medidas de tipo legal, y no policial, cuya competencia corresponde a otras instituciones ajenas al departamento vasco de Interior.

"Lo que se han produido hasta ahora son solicitudes de algunos partidos políticos realizadas a través de los medios de comunicación para que (desde la Ertzaintza) suspendamos el acto, pero no tenemos ninguna petición formal de nadie", explicó un portavoz de Interior vasco.

"Lo que está claro", agregó, "es que ni la Ertzaintza ni ninguna policía tiene competencias para suspender la decisión de otra administración, en este caso de un pleno de un Ayuntamiento".

Por contra, el portavoz informante significó que, si se covoca algún acto en la vía pública, como continuación del previsto en el interior del edificio consistorial, y éste no ha sido formalmente comunicado ni autorizado o puede conllevar riesgos de alteración pública, en ese caso sí se estudiará la oportunidad de una intervención policial.