Marín, uno de los descubridores del gen que en el cerebro tiene más responsabilidad en la aparición de este mal (neuregulina 1) reconoció en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que "hay un concepto que quizá por simple se escapa" y es el hecho de que "si no conocemos qué es lo que va mal, es muy difícil perfilar un tratamiento" definitivo.

Por este motivo, el descubrimiento del neuregulina 1 supone un "hito", al ser uno de los 5, 8 o 10 genes que "se piensa están relacionados con la aparición" de una enfermedad de difícil solución dado su origen "multigenético" y conociendo que "independientemente de raza, sexo o condición", tiene "una prevalencia del 1% en la población".

"Sin saber exactamente qué células tienen el problema que ocasiona la esquizofrenia es bastante complicado conseguir afinar un tratamiento", reconoció Marín, tras explicar que "hay veces en que los tratamientos funcionan por la razón que sea y no sabemos por qué".

Sin embargo, el científico español manifestó ser "optimista, porque cada vez vamos perfilando más qué es lo que no funciona" y, aunque "tenemos un retraso porque hemos empezado más tarde la carrera que otros, con el tiempo desarrollaremos terapias más acertadas".