Los actuales perceptores de dicha prestación (unos 2,6 millones de personas) seguirán beneficiándose de ella, ya que desaparecerá de forma progresiva, pero los nuevos solicitantes recibirán el nuevo Subsidio para el Apoyo al Empleo.

Para ello, tendrán que someterse a un examen médico para evaluar su capacidad de desempeñar una actividad laboral remunerada.

Con esta medida, el Ejecutivo británico pretender lograr que un millón de personas, con una discapacidad o enfermedad crónica que lo permita, desempeñen un trabajo adecuado a su situación.

Sin embargo, las organizaciones de personas con discapacidad creen que el aumento del desempleo en el Reino Unido dificultará la integración laboral de los afectados por esta medida.

La asociación Leonard Cheshire advierte que las personas con discapacidad, que ya se enfrentan al problema de la discriminación laboral, tendrán grandes dificultades para encontrar empleo debido al aumento del paro.

Por su parte, Disability Alliance ha expresado su preocupación con respecto a que el montante del nuevo Subsidio para el Apoyo al Empleo sea inferior al de la Prestación por Incapacidad Laboral Transitoria, aunque creen que puede contribuir a incrementar el índice de contratación de personas con discapacidad.