"UK Biobank" es el nombre de este proyecto, que tendrá un coste de 89 millones de euros y contará con financiación pública y privada. Se trata de una base de datos genética que se creará a partir de la recogida de muestras de orina y sangre de un total de 500.000 voluntarios de edades comprendidas entre los 45 y los 69 años, que empezarán a ser seleccionados la semana que viene, y de los que se hará un seguimiento durante varias décadas .

En el caso de que alguno de ellos desarrolle alguna de las dolencias objeto de estudio, los investigadores podrán contrastar su historia médica con su perfil genético y los factores medioambientales, con el fin de desarrollar tratamientos y métodos preventivos, según los responsables de la investigación.

Sin embargo, el proyecto ha suscitado polémica en el país, ya que muchos investigadores creen que se trata de un derroche innecesario, y que puede arrojar hallazgos erróneos.

Según Alec Jeffreys, genetista de la Universidad de Leicester, la investigación está mal estructurada, no incluye un análisis de la información genealógica, ni algunas de las pruebas estándar que se practican en los estudios orientados a identificar los genes implicados en una enfermedad común, lo que podría dar lugar a errores con respecto a sus causas.

GeneWatch, grupo de presión que promueve un uso responsable de la genética, ha planteado dudas sobre si el estudio recabará suficientes datos sobre los hábitos de alimentación, el consumo de alcohol, o la exposición a productos a químicos, información crucial para obtener resultados fiables sobre el origen de las dolencias, según estos expertos.

Otra polémica suscitada por esta investigación es que podría promover la idea de que los genes determinan la salud, algo que muchos ponen en duda ya que consideran que la genética por sí sola no explica las reacciones del organismo en determinadas condiciones medioambientales.