Según la citada fuente, las patrulas militares se han multiplicado en las ciudades de la zona y a partir de las 21 horas se ha implantado un estado de excepción no declarado.

A juicio de la delegación saharaui, la situación ha empeorado, ya que los observadores internacionales encuentran serias dificultades burocráticas para realizar su labor, mientras la población sufre un control policial cada vez más estricto por parte de la Administración marroquí.

Entre las medidas adoptadas por las autoridades marroquíes, destaca la presenia de miles de policías, que han recibido órdenes de camuflarse entre los colonos para seguir con las labores de vigilancia una vez se reduzca la presencia militar prevista en el plan de paz, aseguraron fuentes de la delegación.

Dentro de esta misma estrategia, la gran mayoría de los taxista de El Aaiun han sido sustituidos por policías, mientras los ciudadanos saharauis han recibido amenazas para que no contacten con los efectivos de la ONU y los periodistas.

Los saharauis afirman que la actividd de los medios de comunicación en El Aaiun es prácticamente imposible, debido a los numerosos controles policiales. Ante ello, los periodistas deben conformarse con las visitas propuestas por el Ministerio de Interior marroquí.