Así lo afirmó hoy Fenacore, en un comunicado en el que hizo balance de la política hídrica del Ejecutivo socialista en 2007.

A su parecer, la política de aguas desarrollada en 2007 estuvo marcada por las reformas estatuarias y, en particular, por "la ruptura de los principios de solidaridad territorial, unidad de cuenca y dominio público hidráulico estatal que la Constitución española y la Ley de Aguas recogen explícitamente en su articulado".

En este sentido, los regantes advierten de que "la pretendida titularidad exclusiva sobre las aguas que se han arrogado algunas reformas estatuarias durante el pasado año" y el "respaldo que la Administración central ha otorgado a algunos estatutos, como el andaluz, pueden derivar en 2008 en un modelo autonómico insolidario y en auténticas 'guerras del agua' entre comunidades autónomas".

Entre las asignaturas pendientes del Gobierno, Fenacore apuntó la necesidad de integrar a los regantes en los nuevos comités de autoridades competentes de cada confederación hidrográfica, para que estos "no sean órganos meramente políticos".

POCAS INFRAESTRUCTURAS

Finalmente, reconoció que, si bien el Ejecutivo central "contribuyó" durante el pasado año a través de "prórrogas" a "aliviar" las pérdidas derivadas de la falta de lluvias, "no se avanzó, sin embargo, de manera firme en solucionar el problema de escasez de infraestructuras" (embalses y trasvases intercuencas).

La federación insistió en que la "falta" de infraestructuras sigue siendo "la gran asignatura pendiente" en materia de aguas de esta legislatura.

"El esfuerzo económico que están realizando los regantes en la modernización de regadíos debe ir acompañado de otras medidas complementarias que permitan tener el agua garantizada, como son la construcción sostenible de embalses y trasvases, además de seguir avanzando en la desalación o la reutilización de aguas regeneradas urbanas", concluyó Fenacore.