En un comunicado, el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, afirmó que esto se debe a que el real decreto y la ley de Responsabilidad Medioambiental "exigen controles y analíticas periódicos del agua que, aunque necesarios, podrían encarecer en exceso el precio del uso del agua regenerada para los regadíos".

Para Fenacore, el coste del agua regenerada en la actualidad es "alto, pero asumible" para el agricultor, ya que se sitúa en torno a 0,06 euros el metro cúbico a la salida de la planta.

Este precio incluye, según indicó, los gastos de amortización, explotación y mantenimiento, a los que hay que añadir los derivados del bombeo, la distribución mediante la red de riego y el almacenamiento en embalses reguladores, los cuales son "caros y difíciles de ubicar" para Fenacore.

Por otro lado, señaló que el coste de saneamiento derivado de depurar las aguas residuales debe realizarse de acuerdo al principio europeo de "quien contamina, paga", de manera que sean las poblaciones "quienes sufraguen el coste y garanticen que el agricultor reciba un agua de calidad apta para el riego".

"Resulta paradójica la propuesta que plantea el borrador de la ley de Aguas, según la cual los regantes deberían asumir los costes de depuración de las aguas urbanas cuando ha sido precisamente el sector del regadío el que ha tenido que ceder para abastecimiento urbano un recurso de mayor calidad que el que podrá aprovechar posteriormente proveniente de las ciudades", añadió del Campo.

En este sentido, solicitó que las comunidades de regantes que cedan su agua para abastecimiento urbano "disfruten de un derecho preferente para la reutilización de esas aguas, una vez que hayan sido depuradas por el usuario urbano".