El denominado "Grupo de Sitges", que agrupa a esas formaciones políticas, ofreció hoy una rueda de prensa en la que advirtió de la situación de "bloqueo" en la que se encuentra la reforma por el pacto suscrito entre los dos partidos mayoritarios, que les compromete a no apoyar ningún cambio si no está consensuado entre ambos.

Mientras el PSOE se había mostrado más flexible en cuanto a la utilización limitada de las lenguas cooficiales en los debates, que iría seguida de la correspondiente traducción al castellano, el PP se muestra reacio a permitirlo en el Congreso y pretende reservar esa posibilidad al Senado.

Además, la ponencia encargada de la reforma del Reglamento no consiguió cerrar anoche un acuerdo sobre este punto en lalarguísima reunión que mantuvo en el parador de Sigüenza (Guadalajara).

El "Grupo de Sitges" manifestó hoy su descontento y pidió al PSOE que convenza a los populares para que flexibilicen su postura y se pueda retomar, al menos, la práctica del presidente del Congreso, Manuel Marín, durante el inicio de la Legislatura.

En esas primeras semanas, Marín permitía una breve intervención en la lengua correspondiente seguida de su traducción; sin embargo, los enfrentamientos que ello originó con el portavoz adjunto de ERC, Joan Tardá, terminaron con esta práctica.

Precisamente Tardá amenazó hoy con volver a la "insumisión lingüística" si este asunto no se encauza hacia la "normalización". El diputado de CiU Jordi Jané pidió al presidente del Gobierno que cumpla su palabra en cuanto al uso de las lenguas y aseguró que la intención de los minoritarios no es "romper la baraja".

Por su parte, Margarita Uría, del PNV, se mostró desconfiada sobre las intenciones del PSOE y dijo que no autorizar el uso de las lenguas cooficiales es "estar de espaldas a la realidad".