Según la patronal, la propuesta de Fischler "sienta las bases para el desmantelamiento de la agricultura europea" y supone la "ruina" para los municipios españoles cuyo desarrollo se basa en este ector.

A juicio de ASAJA, si la reforma no se retira, los agricultores españoles perderán 700 millones de euros anuales, lo que implicará una reducción de sus ingresos actuales entre un 25% y un 40% y el cierre de miles de explotaciones por falta de rentabilidad.

La patronal califica la situación de "atraco a mano armada" y pide a Bruselas que elabore una nueva propuesta "que garantice una vida digna" a todos los agricultores y ganaderos europeos.