Las dos centrales que suscribieron la reforma con la patronal, UGT y CCOO se felicitaron de que el Gobierno haya respetado dicho acuerdo, porque "coincide en su mayor parte con la propuesta sindical".

Sin embargo, ambas coincidieron en que "ahora el Gobierno debe aplicar una política orientadala creación de empleo", porque las medidas aprobadas "son sólo los primeros pasos para que la situación pueda cambiar".

Por su parte, las críticas de Zaguirre a este acuerdo llegaron al extremo de señalar que "esta reforma garantiza que el día que entre en vigor se puede despedir a cualquier trabajador con absoluta libertad y con un coste mínimo".

Asimimso, apoyó sus dudas sobre el acuerdo en el mecanismo aplicado para ponerlo en marcha, el decreto-ley. "Si hablan de un acuerdo histórico que vaconfigurar el contrato del siglo XXI, por qué en el parlamento no hay un proceso normal, sosegado, de debate... y en cambio se va al procedimiento del decreto-ley, que es muy atípico en democracia".