En rueda de prensa, Llamazare afirmó que el decreto ley aprobado por el Gobierno es "muy duro" en materia laboral, y prevé medidas "aún más duras en línea con el endurecimiento de la política conservadora del PP, lo que requiere una respuesta política y social".

El líder de IU acusó al Gobierno de quitarse "la careta centrista" tras aprobar el "derechazo" de reforma laboral. El Ejecutivo "dice que quiere dialogar, pero no es sincero, no tiene voluntad real", añadió.

A su juicio, la política del Gobierno está derivando a posiiones "más duras e intransiguentes, lo que dificulta el diálogo social, ya que quiere imponer, más que dialogar".

RESPUESTA DURA Y CONTUNDENTE

Por su parte, el líder de UGT, Cándido Méndez, aseguró a los medios que su sindicato sigue trabajando "en el horizonte de la huelga general, en respuesta a la limitación de derechos sociales y laborales impuesta por el Gobierno con su `Aznarazo`".

A esto se une, según Méndez, el cambio de ciclo económico, lo que lleva a un "deterioro" de la situación ecoómica española, agravada por los ajustes que provoca la política de estabilidad presupuestaria.

Sobre el futuro de la Mesa de Protección Social, Méndez afirmó que el representante del Gobierno, Gerardo Camps, "vino a reconocer ayer que quien marca la pauta de la negociación no es él, sino el presidente del Gobierno".

Méndez reiteró que es "acuciante" la necesidad de que José María Aznar, de forma pública, comunique su posición sobre el sistema de pensiones y reconozca si sigue intentado que se cacule la pensión en función de toda la vida laboral.