Según informó hoy el diario "El correo", los centros tendrán autonomía para repartir el otro 40% entre el castellano y el inglés. Pero si no alcanzan los objetivos marcados por Educación -en Secundaria, expresarse correctamente a nivel oral y escrito-, las escuelas deberán cambiar su proyecto lingüístico y reforzar el tiempo destinado al euskera.

La iniciativa de la Consejería de Eusko Alkartasuna, a la que ha tenido acceso ese periódico, prevé evaluaciones periódicas con el fin de comprobar que los colegios cumplen las metas marcadas.

Según dicho medio de comunicación, antes de su difusión pública, el plan de Tontxu Campos ya ha provocado una fuerte controversia política que compromete seriamente su aprobación definitiva. Los primeros avances de la reforma, que elimina la enseñanza íntegra en castellano, determinaron un frontal rechazo de PP y PSE.

La propuesta de Eusko Alkartasuna (EA) también ha provocado recelos en el seno del Gobierno vasco. Según "El correo", "el proyecto ha encendido las alarmas en el PNV, que teme que acabe convirtiéndose en un lastre ante unas elecciones que se auguran muy competidas con los socialistas. De hecho, la formación nacionalista ha exigido ya a su socio que suavice la reforma, y que la haga con carácter progresivo y tras realizar experiencias piloto que demuestren su efectividad".

Si llegara a aprobarse la nueva ley marco de aprendizaje de lenguas oficiales y extranjeras en el sistema escolar vasco, se aplicaría en los centros educativos públicos y concertados, es decir, todos los sostenidos con fondos de la Administración vasca. Y afectaría a la totalidad de las etapas educativas: Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, FP y Enseñanza Permanente de Adultos.