Redondo hizo estas manifestaciones al presentar en rueda de prensa las resoluciones aprobadas por el Comité Confederal UGT reunido ayer y hoy en Madrid para estudiar la línea de actuación del sindicato durante 1991.

El líder ugetista precisó, sin embargo, que UGT no espera cambios sustanciales en la política económica del Gobierno y pronosticó la continuidad de Carlos Solchaga, al afirmar que la dimisión de Alfonso Guerra ha demostrado que el ministro de Economía fue el verdadero ganador de último Congreso del PSOE.

Redondo pidió al Gobierno que tome la iniciativa de aclarar qué es lo que pretende negociar en el pacto de competitividad y reiteró que no admitirán nada que suponga un empeoramiento de las condiciones de vida para los trabajadores.

Subrayó igualmente que, para UGT, la única contrapartida válida a la moderación salarial sería una paralelo "control de beneficios", a fin de asegurar que éstos se dediquen a inversión productiva generadora de empleo.

A su juicio, los lamamientos testimoniales a la patronal para que limite voluntariamente los beneficios equivalen a "pedirle a una raposa que guarde el gallinero".

AÑO 91: NEGATIVO PERO SIN CATASTROFISMOS

Para Redondo, aunque el año 91 presenta un "perfil negativo" por la guerra del Golfo y la consiguiente ralentización del crecimiento, la situación no es catastrófica. Por esa razón, UGT mantendrá los puntos básicos de su plataforma para la negociación colectiva de este año: incremento salarial del 9 por ciento, jornda de 37 horas y salario de convenio de 70.000 pesetas.

El líder ugetista hizo hincapié en que UGT no admitirá que se culpabilice a los salarios de todos los males de la economía ni tampoco lo que calificó de "falsas dicotomías" entre empleo y salarios o entre estos últimos y la inflación.

Por lo que se refiere a la concertación social, la central socialista considera un "objetivo irrenunciable" plantear la negociación de "materias clave como la contratación, la fiscalidad, el reparto del empleo,la salud laboral, la cobertura del desemplo, la sanidad, la vivienda, el medio ambiente, los fondos de inversión y, en general, los mecanismos de pariticipación y compromiso social".

Además, UGT quiere negociar con el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, "el desarrollo de políticas específicas para fortalecer nuestra débil base industrial". Según Redondo, hace dos meses que remitieron una carta a Aranzadi con este ofrecimiento y todavía no han recibido contestación.

Tanto en la negociación coectiva como en la concertación, UGT buscará la unidad de acción con CCOO, si bien en el caso de los convenios mantiene su decisión de no suscribir una plataforma conjunta a nivel confederal. "Haremos lo indecible para que la unidad de acción se mantenga", subrayó Redondo.

Insistió, sin embargo, en que CCOO ha cosechado una "clara derrota" en las pasadas elecciones. UGT, por el contrario, culminó con su victoria electoral "un año altamente gratificante" en el que, según Redondo, sobrepasaron las expectctivas que tenían planteadas en la negociación colectiva y obtuvieron, junto con CCOO, "los acuerdos con más contenido social en la historia de la concertación social".