Según datos oficiales, desde 1990 han sido robados más de 600 objetos y piezas artísticas en la región, que representan sólo una parte de lo desaparecido, ya que en la mayoría de los casos no se produce la correspondiente denuncia.

Actualmente, a pesar de la concienciación sobre la necesidad de proteger el Patrimonio, los expolios continúan, especialmente en las provincias de Palencia, Soria y Segovia, ya que es muy difícil poner medidas de seguridad en todos estos ediicios. Sólo en la provincia de Soria existen más de 1000 templos, de los cuales 752 están en poblaciones de menos de cincuenta habitantes.

No obstante, las administraciones públicas, en contacto con las autoridades eclesiásticas intentan dar una solución al problema, principalmente recoger las piezas más valiosas y trasladarlas a museos provinciales o diocesanos.

El inconveniente a esta solución surge ante las protestas de los vecinos de las localidades en las que se ubican estos templos, ya que o están dipuestos a dejar que las autoridades retiren objetos de culto y que son utilizados en ocasiones para algún tipo de celebración.

De acuerdo con la normativa comunitaria, las Comunidades Autónomas tienen hasta el año 2004 para proceder a catalogar e inventariar todos estos objetos, si bien la Comunidad de Castilla-León sólo ha clasificado un 10 por ciento del patrimonio, muy lejos de Navarra, cuyos responsables de patrimonio han finalizado ya estas tareas de control.

Los expolios de los úlimos meses recuerdan los realizados en las décadas de los años 60 y 70 donde, a pesar de que las poblaciones estaban más pobladas que ahora, se realizaron importantes robos del patrimonio cultura y artístico, e incluso se hicieron famosos personajes como "Eric el Belga", que ahora vive apaciblemente en la Costa del Sol.

Según el grupo de protección del patrimonio, los ladrones que actúan ahora son "profesionales del expolio, auténticos especialistas que conocen perfectamente el valor artístico de cadapieza y su valor en el mercado", según se deduce de su modo de actuar.

Los robos tienen lugar por la noche, con vehículos de carga y en la mayoría de los casos los ladrones conocen lo que buscan, la forma de entrar en los edificios e incluso la ubicación de las piezas. Por ejemplo, días más tarde del robo del retablo completo de Olivares de Duero (Valladolid), los ladrones devolvieron todas las tablas menos la que les interesaba: una pintura de Juan de Soreda.