Así lo reclamó su coordinadora, Marta Cremades, en una entrevista concedida a Servimedia previa a la celebración, el próximo viernes 29 de abril, de la quinta jornada de la red, que girará en torno a las ‘Dificultades, retos y oportunidades en la transversalización de la perspectiva de género’ en este ámbito.

Tras puntualizar que, a nivel europeo, se está articulando una guía con todos los recursos y la cartera de servicios de drogodependencias disponibles en el continente para facilitar a estas personas el acceso a una ayuda de emergencia o a medio y largo plazo en caso de que soliciten asilo o refugio en cualquier país de Europa, Cremades admitió que, en España, la red a la que representa “no ha abordado todavía esta crisis de refugiados”.

“La primera necesidad que tienen es un techo, ropa y algo de comer, pero, evidentemente, luego me imagino que lo más urgente es poder flexibilizar los accesos a los servicios específicos de drogodependencia”, abundó, para animar a las diferentes administraciones y entidades competentes a “seguir la lógica que se siguió durante la pandemia de intentar flexibilizar, en la medida de lo posible, todas las normativas o trámites burocráticos para poder acceder a sus servicios”.

Todo ello, a su juicio, con el fin de “intentar ponerles todas las facilidades posibles para que puedan ser atendidas”. “Eso es lo más urgente, pero se escapa de las redes y de las entidades y es algo más de los gobiernos que quieran apostar por flexibilizar estas normativas”, espetó, emplazándoles a “mover ficha y dar respuesta” a la situación a la que se enfrentan estas personas y a demostrar “que estamos realmente en un contexto europeo, colaborativo y comunitario no solo en términos económicos, sino también sociales”.

JORNADA

La Red Género, Drogas y Adicciones está integrada por un total de 33 entidades y liderada por ATRA, Federación Catalana de Drogodependencias, G360 Cartografías Humanas y Sociales, Fundación Atenea, Fundación Salud y Comunidad, Federación Enlace y Metzineres y el objetivo de sus diferentes comisiones de trabajo es, según su coordinadora, “generar incidencia en las políticas públicas de drogas y adicciones para que las entidades y programas incorporen la perspectiva de género”.

Para ello, lleva a cabo iniciativas como la creación de un futuro “distintivo” con el que “reconocer y recompensar” a las organizaciones que, “realmente, integran los principios de género e incluyen la visión y perspectiva de género” en sus políticas, el impulso de acciones de “sensibilización” sobre la importancia de incorporar la perspectiva de género en este ámbito o la organización de jornadas como la que celebrará el próximo día 29 de abril para el intercambio de experiencias y “buenas prácticas” y a la que ya se han inscrito casi 200 participantes.

En este sentido, reconoció la necesidad de continuar “rompiendo mitos y estereotipos” en torno a “lo que se concibe como perspectiva de género”, convencida de que “todos los servicios, proyectos o programas de drogas y adicciones tienen una mirada muy androcéntrica, muy pensada por el hombre para el hombre”. “Esto se traduce en que hay muchas mujeres con problemas de consumo y adicción que no llegan ni a los servicios de atención ni a los servicios de recuperación”, resolvió, consciente de que estas usuarias "no se sienten interpeladas porque esos servicios no han sido diseñados pensando en ellas, sino pensando en el prototipo o estereotipo de usuario", que es el de "un hombre de determinada edad, con determinado perfil, con determinadas adicciones o consumos asociados a determinada sustancia”.

A este respecto, explicó que la red pretende generar oportunidades para que estas mujeres, cuya situación se ha visto “empeorada y mucho más agravada” durante la pandemia, “puedan acceder realmente a los servicios y puedan mejorar sus vidas, al fin y al cabo”. “Que no queden invisibilizadas ni ocultas por una falta de perspectiva de género”, añadió, para expresar su preocupación por el hecho de que, “si su acceso a estos servicios es muy mínimo y su abandono del tratamiento es muy elevado, durante la pandemia lo ha sido más”.

Por todo ello, la quinta jornada de la red busca, en definitiva, "visibilizar” tanto las “dificultades”, como los “retos y oportunidades que hay detrás de la inclusión y desarrollo de la perspectiva de género” en esta área. “Tenemos muy claras las debilidades que tienen los programas y proyectos de drogas y adicciones, como una mirada androcéntrica, poca o nula mirada feminista, poca perspectiva de género y mucho estigma sobre la mujer consumidora”, agregó, para afirmar que “lo que no se visibiliza tanto es el trabajo de proceso” emprendido por las diferentes organizaciones para cambiar esta realidad.

“Cómo han aplicado e incorporado las entidades la perspectiva de género en los diferentes proyectos y programas o en las entidades en sí mismas, qué dificultades, retos, debilidades y oportunidades han encontrado para implementarla y transversalizarla y cómo han solventado todas estas piedras en el camino”, ahondó, para agregar que la jornada también persigue “reconocer” el trabajo de aquellas que han conseguido “pasar de la teoría del discurso a la práctica”, que podrán “transversalizar” su experiencia y ofrecer “tips o herramientas” a otras que aún no lo han logrado y a las que les interese “replicar” sus estrategias.