"Cuando he vuelto a encontrarme con los ojos de Ernesta, mi mujer, y de mis hijas he sentido una alegría que se había adormecido con el transcurso de los años", comenta el anciano, residente en Cantalupa, a 30 kilómetros de Turn.

Mario Varone ha sido toda su vida panadero y cuando tenía 45 años ocurrió el fatal suceso: le cayó cal viva del techo en los ojos y él, con la mano llena de harina, se limpió, empeorando el resultado. Las quemaduras le dejaron casi ciego durante 37 años, ya que tan sólo vislumbraba un poco la luz. Por si fuera poco, el ojo izquierdo desarrolló primero un glaucoma y luego una catarata.

El "milagro" se ha producido gracias a dos operaciones realizadas en ambos ojos por especialistas del HospitalEdoardo Agnelli. El doctor Amasio, uno de los cirujanos que le intervino, reconoció que temía que el anciano no se recuperara. "Estaba casi completamente ciego y después de la operación ha vuelto a ver", afirma en el periódico.