"Es ncesario concebir la educación no como un gasto corriente, sino como un gasto de inversión", señaló, "porque es una fuente de satisfacciones futuras o de ingresos futuros o de ambas cosas".

El rector de la Complutense manifestó que el gasto público en enseñanza superior no llega en España al 1 por ciento del PIB, mientras la media de los países de la OCDE es del 1'5 por ciento y algunos países de la Unión Europea se acercan al 6 por ciento.

Rafael Puyol señaló que "el crecimiento de alumnos ha sid superior al cien por cien en el periodo 1983-1995. Con un millón de universitarios, ocupamos, tras Holanda, el segundo lugar de la Unión Europea en el índice de número de estudiantes matriculados en la enseñanza superior por cada 100 habitantes. Uno de cada tres jóvenes entre los 18 y los 23 años está en la Universidad".

Esta masificación ha provocado una crisis que, según Rafael Puyol, tiene que ver "con las expectativas que en torno a los títulos ha creado la sociedad; con el reducidísimo precio dela enseñanza, que apenas cubre una quinta parte de su coste real; la escasa valoración social y la relativa ineficacia de la Formación Profesional, y las dificultades del mercado de trabajo para absorber a los jóvenes".

Sin embargo, el rector de la Complutense auguró un futuro más claro para la universidad española e insistió en que "vamos hacia una universidad mejor que la actual: más equilibrada, más moderna, más competitiva y más vinculada al sistema productivo, a la dinámica social y al empuje imprable del sistema ciencia-tecnología".