Reconoce que pecó de ingenuo y que los Lozano le defraudaron -----------------------------------------------------------
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El presidente de la Junta Municipal de Arganzuela, Clemente Torres, expresó hoy su confianza en que los hermanos Lozano, empresarios encargados de la explotación de la macroterraza de la calle General Lacy, subsanen las deficiencias que motivaron la clausura del local y que éste pueda reanudar su actividad en el menor plazo de tiepo posible.
Torres, que hoy citó a los medios informativos para aportar datos sobre la situación del conflicto, en la primera rueda de prensa que ofrece durante sus nueve años de concejal, reconoció que en este asunto él ha pecado de ingenuo, como ha manifestado el propio alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano.
"Tengo que confesar mi ingenuidad", agregó, "porque me creí las promesas de los hermanos Lozano, que dijeron que no causarían problemas y que estaban a voluntad de lo que yo dijra, cosa que luego no ha sido así. No creo que los hermanos Lozano me hayan tomado el pelo, pero sí me han defraudado".
El concejal, molesto por algunas informaciones que le han comparado con Matanzo, hizo un repaso cronológico de los trámites efectuados tanto por los técnicos municipales como por los promotores del proyecto de la macroterraza, antes de que ésta contara con los permisos necesarios para ejercer su actividad.
Puso de relieve que la licencia municipal que permitía a los empresarios naugurar el local estaba condicionada al cumplimiento de una serie de requisitos en materia de seguridad e higiene del local, que luego no fueron respetados.
FIARSE DEL ADMINISTRADO
Asimismo, reconoció que si los técnicos municipales hubieran verificado que se respetaban las normas antes de conceder el permiso, posiblemente se hubiera evitado gran parte de la polémica. Sin embargo, Torres insistió en que la Administración "siempre tiene que fiarse del administrado".
Los responsables de la Juntade Arganzuela, en una inspección realizada el pasado 24 de julio, encontraron un total de 14 deficiencias que motivaron la orden de clausura.
Entre ellas figuraban la existencia de 8 barras de bebidas más de las autorizadas, el insuficiente alumbrado de emergencia, la falta de protección de la instalación eléctrica general, el hecho de que los timbres de alarma no estaban comunicados con los bomberos y el inadecuado aislamiento acústico.
Torres explicó que si los hermanos Lozano se avienen a subsnar todas estas irregularidades él no tendrá inconveniente en levantar la orden de cierre y permitir la actividad del local. "No me importa si tengo que dar marcha atrás en una decisión, si con ello se consigue un acuerdo y se evitan problemas", aclaró.
El presidente de la junta de Arganzuela admitió que la presión en contra de la macroterraza ejercida por los vecinos durante las últimas semanas ha contribuido a acelerar el desenlace de los acontecimientos, aunque hoy les advirtió de que si el estableimiento cumple con la legalidad no tolerará protestas injustificadas.
En cuanto a su presencia en el denominado "supermercado de copas" el día de la inauguración, subrayó que él fue el primero en avisar de que si no se correjían los errores el local iba a ocasionar escándalos y jaleos. "Desde luego, ese día no fuí a tomar cerceza gratis, porque además no bebo", añadió.
(SERVIMEDIA)
06 Ago 1992
M