RECLAMAN LA PRESENCIA DE CLERIGOS EN LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

MADRID
SERVIMEDIA

La literatura eclesiástica merece ocupar un puesto en la Real Academia Española (RAE) por tradición y por su contribución al enriquecimiento de la lengua, según afirma el director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal, Jesús de las Heras, en un artículo publicado en el último número de la revista "VidaNueva".

Jesús de las Heras cita en su artículo varios nombres de eclesiásticos que, a su juicio, reúnen las características necesarias para ser académicos. "No se trata de 'cupos', ni de derechos adquiridos cuanto de presencias cualificadas, significativas, relevantes y dignas para una institución como ésta".

Entre los "clérigos de buenas letras" destacan el jesuita Luis Alonso Scköel, el teólogo Olegario González de Cardedal, el escritor José María Cabodevilla, el periodista y biógrafo José Marí Javierre, el cardenal Marcelo González Martín y el arzobispo Antonio Montero.

"Entre este ramillete de nombres de 'clerigos de buenas letras' hay 'creadores' y 'técnicos', los dos turnos habituales, aunque no automáticos, para la elección de nuevos académicos", señala el director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal.

Asimismo, recuerda que hasta hace año y medio la RAE contaba también con presencia eclesiástica. "El cardenal Tarancón llegó a esta docta casa en 1969 por su conribución a la lengua española en las traducciones de téxtos litúrgicos (...) Ya en sus orígenes en 1713, el mundo eclesiástico había estado presente en ella. El clérigo Juan Ferreras fue uno de sus fundadores. Otros dos ejemplos recientes son el del agustino Félix García y el del obispo patriarca de las Indias Occidentales, Leopoldo Eijo y Garay".

Jesús de la Heras termina su artículo asegurando que hay excelentes escritores y filólogos que, a su vez, son eclesiásticos y que con toda dignidad podrían entarse juntos los miembros de la Real Academia Española.

(SERVIMEDIA)
15 Jun 1996
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