A través de dicho programa, las personas ciegas y con discapacidad visual de Nueva York reciben formación y préstamos que les permiten gestionar este tipo de establecimientos en edificios públicos del estado, así como cajas registradoras parlantes y lectores de billetes que les facilitan su trabajo.

Los beneficiarios no pagan alquiler pero deben destinar el 20% de sus beneficios a la Comisión de Personas Ciegas y con Discapacidad Visual de Nueva York (Commission for the Blind and Visually Handicapped) que gestiona el programa, para cubrir sus seguros sanitarios y pensiones de jubilación.

Desde 2006, el número de personas ciegas que gestionan quioscos en edificios públicos neoyorquinos ha pasado de 86 a 98, y en breve otros cinco más se beneficiarán del programa.

Ahora, el Comité de Vendedores Ciegos del Estado de Nueva York pide a las autoridades neoyorquinas que amplíe estas concesiones a universidades públicas, establecimientos penitenciarios y las áreas de servicio de la red de autopistas de peaje neoyorquinas.