Las quejas sobre el funcionamiento de las agencias de viaje dela región fueron las que experimentaron el mayor crecimiento, ya que de las 132 denuncias recibidas en los meses de junio, julio y agosto de 1990, su número se elevó a 230 en la pasada temporada estival.

En este caso, los principales motivos de las reclamaciones fueron, entre otras, las diferencias de la calidad de los alojamientos reservados en el extranjero respecto a los españoles, así como la escasa profesionalidad de los guías turísticos.

Los establecimientos de restauración, como bares, cafterías o restaurantes, fueron el segundo sector objeto de las denuncias de los usuarios: un total de 190 en el pasado verano, frente a las 140 de la anterior época estival.

No permitir, sin aparente razón, la entrada a los locales; baja relación calidad-precio-cantidad; tardanza en el servicio y malos modales o deficiencias sanitarias fueron las causas que motivaron las quejas.

Sin embargo, los pasados meses estivales sólo fueron presentadas tres reclamaciones más contra los alojamientos turístics, que el pasado verano fueron objeto de 67 denuncias.

Estas se debieron, en su mayoría, a las deficiencias sanitarias en las habitaciones o los problemas con las reservas efectuadas por los clientes.

Según explicó a Servimedia el subdirector de la Dirección General de Turismo de la CAM, Juan José Blardoni, este incremento en las denuncias no significa una baja en la calidad del turismo de la región.

A su juicio, este fenómeno tiene su origen en que el usuario está cada vez más informado de os trámites que debe seguir para presentar las reclamaciones, circunstancia en la que han colaborado especialmente las asociaciones de consumidores.