En un anexo, el texto indica que se "reprueba la entrega de regalos de mayor valor", y detalla a título de ejemplo artículos como "televisiones, radios u otros aparatos de uso doméstico o invitaciones o billetes para espectáculos".

Este cóigo, que empezó a aplicarse en 1992, tiene como objetivo marcar los límites que deben imperar en la política de promoción y comercialización de sus productos que siguen los laboratorios.

El texto indica que el personal de los laboratorios que visita a los médicos para informarles sobre sus productos "deben abordar su trabajo de forma responsable y respetendo las reglas éticas".

Asimismo, advierte que los gastos de hospitalidad para el personal sanitario en aquellos eventos profesionales organizads por los laboratorios "deben siempre ser razonables y su coste no puede exceder de aquel que los destinatarios estarían normalmente dispuestos a pagar en las mismas circunstancias".

Además, aclara que los gastos de hospitalidad en estos casos no pueden extenderse a acompañantes y pone un tope de 100.000 pesetas para congresos o reuniones que se celebren en España y de 250.000 en el extranjero.