"La lectura criticable debe hacerse al revés, cuando es un militante de un partido el que accede a un cargo de la judicatura, como pasó con Leopoldo Torres cuando dejó el PSOE para ser nombrado fscal generale del Estado", afirmó el dirigente de IU.

Castellano recordó que él también renunció como vocal del CGPJ para presentarse por las listas de Izquierda Unida "y nadie me criticó".

En su opinión, debería provocar más preocupación el hecho de que tras la renuncia de Padilla vayan a quedar vacantes cuatro de las 20 vocalías del Consejo General del Poder Judicial.

Además de la plaza de Padilla, estarán pendientes de cubrir las plazas de Eligio Fernández, que abandonó el cargo tras ser esignado fiscal general del Estado; la del fallecido Fernando Jiménez Lablanca y la de Antonio Bruguera, que renunció por motivos personales. Antes de la disolución de las Cortes, los partidos mayoritarios no llegaron a un acuerdo para elegir a los sustitutos de estas personas.