Según informó el Ministerio, se trata de reformar el edificio de viajeros, sus accesos y la plaza de Països Catalans, con el objetivo de adaptarla al nuevo concepto de ciudad y convertirla en un referente de la movilidad del futuro.

“Hasta ahora Sants no era una estación para sus vecinos. Mirando alrededor es fácil entender que este espacio sea un hueco en el tejido del barrio. Con esta reforma le vamos a poner remedio. La nueva Sants tendrá más accesos, será más amable. Vamos a crear un espacio cívico sin igual, porque es lo que el barrio nos ha pedido y este Gobierno, que es el gobierno de la gente, escucha”, aseguró la ministra.

El objetivo del anteproyecto, que ahora debe someterse a información pública, es mejorar la intermodalidad, responder a la liberalización del transporte ferroviario y convertir la estación en un nodo sostenible de transporte multimodal integrado en el nuevo modelo de ciudad, que apuesta por la movilidad activa y pone en el centro a los peatones.

Será una ambiciosa operación para mejorar el espacio público, actuando en 155.000 metros cuadrados, de los que 68.000 metros cuadrados se destinarán a zonas peatonales y carriles bici.

El aumento de la oferta, junto a la movilidad cotidiana, llevará a la estación a acoger 58 millones de viajeros al año en 2030, frente a los 46 millones de pasajeros actuales.

La transformación de la estación en un referente de la movilidad del futuro precisa de una serie de trabajos previos en los que ya se está avanzando, como la mejora de los andenes de Cercanías, la eliminación de filtraciones de agua y otra serie de actuaciones técnicas. Estos trabajos previos, que conforman una especie de fase cero del proyecto global de remodelación, cuentan con un presupuesto de 130 millones de euros.