En su intervención en la junta directiva del PP de Castilla-la Mancha, Rajoy marcó las próximas elecciones catalanas de 2010 y las autonómicas y municipales de 2011 como los próximos objetivos del partido.

Rajoy detalló los grandes cambios que, a su juicio, ha vivido el partido en el último año. Además de la victoria en las elecciones gallegas y europeas y de la renovación de las estructuras autonómicas y municipales, resaltó que se ha puesto fin a la dinámica "inventada por Zapatero" en la que parecía que a un lado del espectro político estaba el PP, "incapaz de entenderse con nadie", y al otro todos los demás partidos.

El presidente de los populares considera "muy relevante" que en la legislatura pasada todo el mundo hablara de él y ahora todo el mundo hable, "y mal", de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, si en los últimos meses el partido se ha ocupado de "hacer oposición en los temas que preocupaban a los ciudadanos", a partir de septiembre juzga necesario profundizar en su propia alternativa.

Rajoy reiteró su oposición a la política del gasto público, que definió como "una mala pedagogía". En su opinión, lo que está haciendo el Gobierno de Zapatero es "gastar lo que no tenemos e hipotecarnos de cara al futuro", y subrayó que "el problema de la economía española no es cuánto caiga, sino cuántos años va a tardar en volver a subir".

Igualmente, el presidente del PP rechazó la subida de los impuestos y del recibo de la luz, recordando que Zapatero prometió que éste se ajustaría al IPC y que, en los años en los que gobernó el PP, se abarató un 23%. En su lugar, abogó por la austeridad, la vuelta del crédito a las empresas, la reforma fiscal para ayudar a quienes crean empleo y la reforma laboral. Puso el acento en la economía porque, "al final, todo es economía".

Al margen de este tema, Mariano Rajoy comentó la disyuntiva que se le presenta a Zapatero sobre el cierre de la central nuclear de Garoña, donde a su juicio tendrá que elegir entre actuar en contra de su programa electoral y hacerlo en contra del sentido común, y celebró la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos dando su visto bueno a la ilegalización de Batasuna. "Quienes aprobamos la ley de partidos", sentenció Rajoy, "estamos orgullosos de que Europa nos haya dado la razón".