Durante un mitin en el Polideportivo Las Traviesas de Vigo ante más de 5.000 personas, Rajoy causó sorpresa cuando, antes de empezar su discurso, se acercó a besar a una niña y adelantó los tres asuntos de los que pensaba hablar a continuación: "de Iñaki Gabilondo, de la niña de Rajoy y de lo que le preocupa a los españoles".

Hasta ahora, siempre eran dos los temas y, pese a la mención a la "niña" en el primer debate del pasado lunes, nunca había hecho bandera de aquella metáfora. Sin embargo, esta vez sí lo hizo como remate a la intensa jornada que ha pasado a lo largo de hoy en su Galicia natal.

"Hay mucho intelectual, entre comillas, que nunca entenderá lo de la niña de Rajoy", explicó más adelante para distinguir que él piensa ocuparse de los problemas reales de los ciudadanos, en lugar de la Alianza de Civilizaciones o de la Memoria Histórica.

Rajoy prometió ocuparse "de la gente" si gana los comicios del próximo domingo y aseveró que, aunque a algunas personas no les guste el símil de la niña, piensa seguir hablando de ella "hasta el final de la campaña".

"Quiero gobernar para que la niña de Rajoy tenga una guardería, para que luego vaya a un colegio donde tenga una buena educación, para que pueda ir por el mundo y no tenga complejos porque sabe hablar idiomas, para que tenga un título que le sirva para trabajar en todo el mundo, para que pueda formar una familia, para que pueda comprar una vivienda, para que pueda tener un empleo, para que pueda educar a sus hijos, para que pueda tener una pensión y para que sea feliz toda su vida", dijo.

Pese a las críticas recibidas desde el PSOE y desde algunos medios de comunicación por la alusión a la niña, el público acogió con júbilo la comparación y concedió una sonora ovación en las ocha ocasiones que, durante su alocución, habló de "la niña de Rajoy".

EL VOTO NEGADO A ZAPATERO

Rajoy centró buena parte de su intervención en dirigirse a los votantes indecisos y a los que en 2004 dieron su confianza a Zapatero pero ahora "no entienden nada de lo que ha pasado estos años".

El líder de los populares explicó que "las cosas se pueden hacer mejor" que Zapatero y, por eso, instó a todos los militantes y simpatizantes del partido a convencer en los días que restan hasta el 9-M a los votantes socialistas desencantados con el presidente del Gobierno.

Rajoy admitió que hay "muchos españoles" que en 2004 prefieron a José Luis Rodríguez Zapatero pero "ahora le va a negar" su voto después de haber negociado con ETA, de haber reformado los estatutos de autonomía y de aprobar la Ley de Memoria Histórica, entre otras cosas.

Aunque las encuestas le siguen situando a varios puntos del PSOE a sólo seis días de los comicios, Rajoy advirtió a sus seguidores que las elecciones se pueden ganar si se convence a los descontentos con Zapatero de que en el PP hay "un proyecto abierto a todos los españoles".

Adujo que estos años "no se ha pensado en el interés general", por lo que Zapatero, al finalizar su mandato, "no tiene balance, no tiene principios, no tiene convicciones y no tiene una idea clara de lo que es su país".

Calificó esta legislatura como "cuatro años perdidos" porque la herencia que deja Zapatero es que "las familias españolas viven peor que hace cuatro años, sólo en lo que va de año 185.000 han perdido su puesto de trabajo, los precios han subido más del doble, baja la bolsa como nunca, descienden las ventas de automóviles y 30.000 empresas se han dado de baja desde junio".

Como alternativa, planteó su bajada de impuestos para todos los asalariados, la supresión del IRPF para quienes ganen menos de 16.000 euros al año y la rebaja del Impuesto de Sociedades para las empresas.

En clave gallega, Rajoy prometió recuperar el Plan Galicia, si llega a La Moncloa, celebrar un Consejo de Ministros en esta comunidad -como ocurrió en 2003- para aprobar las obras "paralizadas" por Zapatero y modificar la Ley Electoral para que en ciudades comoVigo gobierne "quien gane" los comicios.