Durante la clausura de la conferencia "Más seguridad, mejor convivencia" que celebra este fin de semana el PP, Rajoy adquirió una docena de compromisos en materia de seguridad de entre las más de 200 conclusiones alcanzadas durante las jornadas que ha organizado Ignacio Astarloa.

Rajoy apostó por una mayor presencia policial en las calles de España y, para ello, propuso aumentar en tres años el número de agentes del Cuerpo Nacional de Policia y de la Guardia Civil en más de 30.000 nuevos efectivos, así como "doblar en una legislatura" las patrullas de seguridad ciudadana.

El líder de los populares reivindicó una mayor participación de las comunidades autónomas en el desarrollo de la política de seguridad dentro de su territorio y pidió crear una Ley de Policía Local para "potenciarla como policía de seguridad y de policía judicial".

Rajoy aseguró que es necesario un gobierno "muy firme y muy contundente" contra la delincuencia, por lo que se comprometió a "incrementar las penas de los delitos que generan más alarma social", como secuestros express, asaltos a viviendas y robos en comercios con violencia desproporcionada.

Además, anunció que el PP planteará una reforma de la Ley Orgánica de Responsabilidad de los Menores para endurecer las medidas de internamiento y aplicarla "sólo hasta los 18 años".

Rajoy prometió castigar "con mayor rigor" la reincidencia, perseguir el vandalismo urbano, modernizar la Justicia para conseguir una respuesta "más rápida" a la delincuencia, proteger a las mujeres que sufren malos tratos y "poner coto de una vez por todas a la violencia escolar".

"Frente a un ambiente que se torna más inseguro y violento yo considero imprescindible un rearme de la sociedad, una vuelta a los valores más profundos de nuestra civilización: la familia, la responsabilidad individual, la libertad, el respeto al otro, la tolerancia y la justicia", dijo.

LAS CONTRAPROMESAS DE RAJOY

El líder del PP planteó como alternativa "una sociedad más segura y más libre" y arremetió con dureza contra el Gobierno de Zapatero por el chivatazo a ETA, la detención ilegal de dos militantes populares y la presunta falsificación de documentos sobre el 11-M.

"Nunca un gobierno del PP va a utilizar la policía para hacer detenciones ilegales de militantes de la oposición democrática. Jamás utilizaremos las fuerzas de seguridad al servicio de un proyecto de partido político", dijo.

Rajoy terminó su discurso con varias promesas de este tipo a cuento de distintas polémicas ocurridas en los últimos años en torno al Ministerio del Interior, como el chivatazo a ETA que estuvo a punto de frustrar una operación policial.

"Nunca ampararemos a nadie que avise a un terrorista de que hay una operación policial contra él. Volveré a preguntar al presidente del Gobierno si le parece normal, razonable y democrático que un juez aparte de la lucha contra el terrorismo al jefe de la lucha contra el terrorismo", añadió.

Rajoy arremetió así contra el ex comisario de la Oficina General de Información Telesforo Rubio, al que también criticó por preparar en la sede socialista de Gobelas su comparecencia parlamentaria en la comisión de investigación sobre el 11-M.

Asimismo, agregó que tampoco amparará "que se falsifiquen documentos policiales" y afirmó que nunca tomará "atajo alguno en la lucha contra el crimen que nos aparte del Estado de Derecho".

Rajoy ironizó que, vistas las cosas que se han hecho en el Ministerio del Interior, es necesario "reformar" los requisitos para estar al frente de este departamento, ya que sólo es necesario ser español y tener más de 18 años.

Finalmente, el presidente del PP convocó así a todos los españoles a crear un "proyecto de concordia y eficacia" frente a la "manifiesta incompetencia de Zapatero" y adujo que tiene un "proyecto moderado frente al radicalismo absurdo" del Partido Socialista.