Así lo aseguró el secretario ejecutivo de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, en una conversación informal con los periodistas que están siguiendo la caravana electoral de Rajoy. Precisamente, el líder de los populares ha aligerado su agenda de actos este fin de semana para intensificar la preparación del debate con Zapatero.

Elorriaga admitió que en el PP existe cierta "preocupación" porque la campaña que está haciendo el Partido Socialista "hace previsible un debate muy de confrontación" entre los dos principales candidatos a la Presidencia del Gobierno.

Por este motivo, Rajoy llega a la víspera del debate en televisión con la idea de que el enfrentamiento será "muy duro", pero "está preparado" por si su adversario pone sobre la mesa asuntos complicados para el PP como la guerra de Iraq, el atentado del 11-M y los matrimonios homosexuales.

El objetivo de los populares es que el debate se centre "en las propuestas" de uno y otro partido para que los espectadores, aunque tiene ciertas dudas de que el PSOE lo vaya a permitir.

Al líder del PP le gustaría "un debate de balance y propuestas" para que los espectadores puedan poner en su justo término la gestión del PSOE en estos cuatro años y pueda comparar las ideas de futuro que tienen uno y otro candidato.

Elorriaga destacó que, hasta ahora, este debate no se ha producido ni en la precampaña ni en los primeros días de campaña porque el PSOE "no quiere ni una cosa ni otra".

Criticó que, cuando el PP hace una propuesta sobre inmigración, le acusan de xenófobo; cuando habla de seguridad, le tachan de alarmista; y cuando advierte sobre la marcha de la economía, le llaman mentiroso o irresponsable.

Además, señaló que desde el PSOE existe un ataque directo a Mariano Rajoy cada vez que lanza una propuesta con el fin de "cerrar los temas" y evitar que se produzca un verdadero debate de fondo sobre las políticas de uno y otro partido.

Elorriaga explicó que Rajoy es consciente de esta posible estrategia del PSOE y por eso tiene preparadas las respuestas en el caso de que José Luis Rodríguez Zapatero decida convertir el debate en un enfrentamiento lleno de tensión.