En un encuentro con miembros de Nuevas Generaciones, Rajoy defendió su modelo de partido, una formación que, "sin renunciar a sus principios", debe "evolucionar y adaptarse a los cambios" porque "la sociedad no es monolítica y el PP tampoco debe serlo".

El dirigente popular dijo querer una formación "que represente a todo el mundo" y señaló que la unidad en un partido es "imprescindible" para ganar unas elecciones aunque esto no debe ser incompatible con tener un PP "dinámico".

Tras la salida del partido de María San Gil y José Antonio Ortega Lara y los pronunciamientos discrepantes de líderes como Esperanza Aguirre, Gustavo de Arístegui y José María Aznar, Rajoy lanzó un mensaje conciliador -dijo que va a integrar a todos los populares en su proyecto- pero no renunció a "evolucionar" para crear un partido "más abierto" que siga sumando gente y votos.

Con está "evolución", Rajoy pretende pasar de los diez millones y medio de votos que recibió el PP en las elecciones del 9-M a "unos 12 ó 13 millones de votos" en los próximos comicios que le den la victoria a su partido y a él la Presidencia del Gobierno.

"La historia demuestra que si te abres, la gente te apoya", aseguró el líder popular, quien explicó que su intención para los próximos cuatro años es "sumar", un proceso en el que, como "hay gente muy distinta", ha de apostarse por "la flexibilidad".

En este sentido, Rajoy matizó que flexibilidad no significa "dejar de tener principios", unos valores fundamentales que aseguró va a mantener y que resumió en libertad, igualdad, solidaridad, derrota del terrorismo -y rechazo a la negociación política con los violentos, y "la unidad constitucional de la España plural y diversa".

Con respecto al concepto territorial de España y a la relación con los nacionalismos, uno de los aspectos del proyecto de Rajoy que más sospechas ha levantado entre sus correligionarios después de la salida de San Gil de la ponencia política para el próximo congreso del PP, el líder del PP reiteró su apuesta por mantener el actual modelo del Estado de las autonomías.

En resumen, Rajoy dijo que su objetivo es "mantener los principios pero seguir sumando, abrir el partido a una sociedad que no es monolítica y ocuparnos de los problemas reales de los españoles".