Rajoy se mostró así de tajante después de haber recibido el respaldo de todos los barones territoriales del PP, a excepción de Madrid y País Vasco, durante un acto celebrado en la Feria de Muestras de Valladolid con la vista puesta en el Congreso Nacional que se celebrará en Valencia los días 20, 21 y 22 de junio.

"Puedo aceptar y acepto que alquien se considere más capacitado que yo para presidir el Partido Popular. Pero lo que no puedo aceptar, porque no es verdad, es que alguien ponga mis principios y mis convicciones en tela de juicio", dijo.

Después de que dirigentes populares como María San Gil o Regina Otaola hayan asegurado haber perdido la confianza en él, Rajoy manifestó que no ve a ningún compañero "como adversario" y que su objetivo es "integrar" a todos los sectores para luego poder "sumar más gente".

Rajoy añadió que sigue siendo "el mismo" que se opuso a la negociación con ETA y que recurrió el Estatuto de Cataluña, aunque insistió en que el Partido Popular debe "dialogar" con todos los partidos políticos porque "eso no significa renunciar a nada, al contrario significa reafirmarnos en lo que creemos".

Asimismo, desoyó las críticas e indicaciones que le llegan desde algunos medios de comunicación afines al PP porque, según dijo, a él no le da instrucciones "nadie más" que los 750.000 militantes del partido.

Precisamente, al hablar del Congreso Nacional aclaró que los más de 3.025 compromisarios que tendrán derecho a voto en el cónclave de Valencia "no son unos mequetrefes", sino que saben lo que quieren y tienen derecho a ejercer su voto, que es "individual y secreto".

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