Rajoy, que clausuró la convención de alcaldes y concejales que el PP ha celebrado este fin de semana en Marbella, denunció que la "irresponsabilidad" del presidente del Gobierno rebasa "todos los límites" porque ha optado por la "frivolidad" antes que "respetar la voluntad de la mayoría de los españoles" en la lucha contra ETA.

"Ha preferido entenderse con Batasuna antes que entenderse con millones y millones de españoles honrados y decentes que estábamos dispuestos a darle apoyo. Ha preferido a Batasuna antes que al Partido Popular", dijo entre los aplausos de los cerca de 600 alcaldes y concejales asistentes a la Intermunicipal del PP.

Aseguró que Zapatero "no sabe tratar los asuntos de Estado" porque al mismo tiempo que autoriza al PSE a reunirse con Batasuna dice "exactamente lo contrario" cuando rechaza que la Unión Europea mantenga relaciones diplomáticas con Hamas en Oriente Próximo por tratarse de una organización terrorista.

Además, criticó que la política antiterrorista del Ejecutivo está plagada en los últimos meses "de filtraciones, de chascarrillos, de 'moraledas' y de falta de seriedad". Se trata de un "descomunal error" porque, desde su experiencia como ex ministro del Interior, alertó de que "no se puede tratar la política del terrorismo con tanta frivolidad".

BATASUNA SE MOFA DE ZAPATERO

El líder de los populares acusó a Zapatero de saltarse la ley "a la torera" con el visto bueno a que el Partido Socialista de Euskadi se reúna con Batasuna, ya que el Tribunal Supremo declaró ilegal a esta formación política en 2003 por ser parte del entramado terrorista.

Rajoy manifestó que Zapatero "cree que él es la ley" y "cree que se puede corregir a los tribunales" que impidieron que Batasuna se presentase a las elecciones municipales de 2003. La consecuencia inmediata, según dijo, es que los terroristas ahora "se jactan y se mofan" de que el Gobierno autorice reuniones políticas con ellos.

Recordó que ETA estaba "en las últimas" hace un par de años por el acoso policial, la colaboración internacional y la imposibilidad de concurrir a las elecciones. Sin embargo, señaló que los pasos que está dando el Gobierno "le han dado aire a Batasuna" y las exigencias de la izquierda abertzale "aumentan cada día".

Por todo ello, declaró que Zapatero "ha cedido a la presión y al chantaje de Batasuna, ha engañado a los españoles y ha sido desleal con la opinión pública" porque sostuvo que no habría precio político por dejar las armas y, en cambio, "ya lo hay" al reconocer al partido de Arnaldo Otegi "como interlocutor".

OPOSICION CON "DECENCIA, PATRIOTISMO Y DIGNIDAD"

Rajoy se esmeró en justificar ante los 600 dirigentes y cargos populares el apoyo que ofreció al Gobierno el 22 de marzo, cuando ETA anunció el alto el fuego, y que mantuvo hasta que el secretario general del PSE, Patxi López, anunció el martes su intención de reunirse con Batasuna.

Adujo que el PP compartió "información, objetivos y seguimiento en la lucha contra el terrorismo" durante los ocho años de mandato de José María Aznar, sin que ahora haya que arrepentirse de ello, porque la política exige "decencia, patriotismo y dignidad".

Rajoy explicó que su respaldo a Zapatero el 22 de marzo buscaba demostrar una "oposición seria y responsable" que apoyaba al Gobierno sabiendo que Aznar también tuvo a su lado a la oposición cuando ETA decretó la tregua de 1998 y mantuvo un encuentro en Zurich con la dirección de la banda terrorista para verificar su intención real de abandonar las armas.

Señaló que así es como debe comportarse un partido "con un mínimo de patriotismo" si bien entonces ya avisó a Zapatero de que no podía producirse negociación con ETA, no se debía pagar un precio político a los terroristas y, mientras el alto el fuego avanzaba, el Estado de Derecho debía seguir luchando con todos los medios contra los terroristas.

En cambio, destacó que el PSOE llegó a La Moncloa rompiendo los acuerdos con el PP y liquidando "por la vía de los hechos" el Pacto por las Libertades. Añadió que, por todo ello, Zapatero ha hecho "imposible" un acuerdo con la oposición al comportarse con tanta "frivolidad" e "irresponsabilidad" en la lucha contra ETA.