Rajoy aprovechó una rueda de prensa en la sede nacional del PP con el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, para reclamar un "gran debate" sobre el contenido del Estatuto y sus consecuencias en Cataluña y el resto de España.

El líder de los populares aseguró que él es el "primer interesado" en que la reforma catalana se explique detenidamente a los ciudadanos, ya que cree disponer de "argumentos para demostrar" que el nuevo Estatuto es "malo" para esta comunidad y el conjunto del país.

Rajoy insistió en que el Estatuto esconde una modificación de la Constitución y, por lo tanto, debería haberse tramitado como tal en las Cortes Generales. Además, acusó al Partido Socialista de haber comenzado "muy mal" este proceso, al oponerse a que altas instituciones del Estado, como el Consejo General del Poder Judicial, el Consejo de Estado y el Tribunal de Cuentas, elaborasen un informe sobre la constitucionalidad del texto.

En su opinión, "lo justo, lo sensato y lo ético" sería devolverlo al Parlamento de Cataluña e ironizó afirmando que la única manera de corregir el Estatuto sería presentando "227 enmiendas de supresión", una por cada artículo, más las correspondientes para cambiar las disposiciones adicionales.

Rajoy equiparó la inconstitucionalidad del Estatuto catalán con la que el Parlamento del País Vasco aprobó en 2004, conocida como "plan Ibarretxe", que las Cortes Generales rechazaron en el mes de febrero con el voto conjunto de Partido Popular y Partido Socialista.

"SALVAR LA CARA"

El presidente del PP adelantó que, en el debate en Pleno del próximo 2 de noviembre, defenderá la misma posición que su formación ha venido manteniendo en Cataluña durante el trámite autonómico, mientras que, resaltó, otros partidos tratarán de hacer "enjuagues" con tal de "salvar la cara".

Rajoy apuntó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, como dos de los dirigentes políticos que ahora deben "salvar la cara", si bien señaló que el líder de los socialistas catalanes "la ha perdido después del show" que ha ofrecido con la posible remodelación de su Ejecutivo.

Finalmente, negó que el Partido Popular esté metiendo miedo a los ciudadanos al advertir de las consecuencias negativas que tendría la aprobación del Estatuto de Cataluña. Afirmó que Zapatero "no está diciendo la verdad" sobre dicha reforma "por desconocimiento" o "porque no le conviene".

Por su parte, Fidalgo expresó también su preocupación por algunos de los contenidos del nuevo Estatuto de Cataluña, si bien matizó que Comisiones Obreras no piensa hacer campaña "a favor o en contra" del documento. "Ni de este ni de ningún otro que aparezca en el horizonte", apostilló.

El secretario general de CCOO apuntó que ni se siente más próximo de Zapatero ni de Rajoy en este tema, porque su organización es un "sindicato autónomo" que ya fijó su posición sobre las reformas estatutarias en el mes de julio, antes de aprobarse la propuesta catalana.