Rajoy compareció en rueda de prensa al término de la habitual reunión de los lunes del Comité de Dirección del Partido Popular, en la que se valoró la movilización ciudadana del fin de semana como un "éxito extraordinario de convocatoria por parte de los organizadores".

El líder del PP reclamó al Ejecutivo de Zapatero que "rectifique" y retire la LOE, ahora que acaba de comenzar el trámite parlamentario. Argumentó que, si lo hiciera, "no sería la primera vez" que pasara algo así en Europa, ya que Fran‡ois Miterrand procedió de esa manera cuando estaba al frente de la República francesa e incluso llegó a cesar al ministro de Educación para volver a la legislación anterior.

Rajoy exigió que se escuche a las organizaciones sociales que se oponen a la LOE y se atiendan sus reivindicaciones, de la misma manera que el Gobierno ha hecho en las últimas semanas con los pescadores y transportistas tras importantes protestas. Además, instó al Gobierno a "dejar de agredir verbalmente" tanto a quienes se manifestaron el sábado como a determinados miembros de la Conferencia Episcopal.

OFERTA DE PACTO "PARA UNA GENERACION"

El presidente del PP lanzó una oferta a Rodríguez Zapatero para que Gobierno y oposición alcancen un pacto de Estado en materia de educación que sirva al menos "para una generación" de jóvenes y comprometa a los dos grandes partidos a derogar la legislación vigente cada vez que llegan al poder.

Rajoy explicó que tiene pensado mandar en las próximas horas "una carta" con su propuesta de pacto educativo al presidente del Gobierno para que, entre otras cosas, el sistema de enseñanza sea igual en toda España y cuente con un porcentaje de asignaturas comunes superior al 50 por ciento en todas las comunidades.

A su juicio, la educación es "un tema suficientemente serio" como para que los dos grandes partidos políticos se pongan de acuerdo después del "fracaso" que ha constituido la LOGSE. Su idea pasa por recuperar al menos una parte de los principios que recogía la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que aprobó el PP la pasada legislatura y fue derogada por Zapatero cuando llegó a La Moncloa.

Rajoy aseguró que la LOCE suponía un "avance no desmesurado en la buena dirección" para mejorar la calidad del modelo educativo en España y, además, contó con "un apoyo mucho mayor" que el concitado actualmente por la Ley de Educación de la ministra María Jesús San Segundo.

El líder del PP denunció también que el PSOE pretende tramitar la reforma "con celeridad inusual" y cerrar hoy mismo el trabajo en ponencia tras aceptar 37 enmiendas socialistas de las 1.365 presentadas por todos los grupos parlamentarios del Congreso.

Rajoy celebró el desarrollo de la manifestación del sábado porque demostró que "la sociedad civil está muy sana" y puso de manifiesto que los ciudadanos están dispuestos a defender sus "principios, valores y creencias".

En este sentido, valoró que Zapatero vaya a recibir en La Moncloa a los organizadores de la manifestación, entre los cuales, recalcó, no estaba el PP. No obstante, aseguró que Zapatero "se podía haber ahorrado" la protesta del sábado si en su día se hubiera entrevistado con las asociaciones que recabaron 3,5 millones de firmas de padres y alumnos en contra de la LOE.

"RIDICULO" DEL GOBIERNO EN EL VATICANO

Rajoy se refirió también a la reunión que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, mantuvo la semana pasada en Roma con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano.

El líder del PP sentenció que "España ha hecho el ridículo" con esa entrevista "desde la filtración, hasta los supuestos contenidos" que trataron en la misma por el "desconocimiento" que tiene el Gobierno del funcionamiento de la institución eclesiástica.

A su juicio, el Ejecutivo de Zapatero "una vez más ha hecho el ridículo en sus relaciones internacionales" y se ha comportado como si fuese "un juego de patio de colegio". Además, lamentó las críticas que algunos ministros han lanzado contra los arzobispos. En especial, calificó de "ininteligible" que haya miembros del Gobierno que se dediquen a poner "de vuelta y media" a dos altos argos de la Conferencia Episcopal en España como los arzobispos de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y Toledo, Antonio Cañizares.