Durante un coloquio en el Foro ABC, Rajoy recordó que desde el Ejecutivo le llamaron antipatriota y catastrofista cuando hace sólo unos meses vaticinaba la llegada de una crisis económica.

Por eso, no tuvo reparos en acusar ahora al Gobierno de "haber engañado a los españoles" sobre la realidad de la situación financiera del país hasta que no le ha quedado más remedio que reconocer lo delicado de la situación, aunque siga empleando "eufemismos" para no utilizar la palabra crisis.

Rajoy mostró, pese a todo, su "apoyo" a la decisión del Gobierno de reducir en un 70% la oferta pública de empleo para 2009, pero apuntó que debería haber empezado por la reducción de altos cargos, ya que en lo que va de legislatura "ha aumentado el 55%".

A su juicio, no tiene sentido que este año el Gobierno tenga pensando ofertar 35.000 plazas de funcionarios "cuando ha habido transferencias de competencias" a las comunidades autónomas y el peso de la Administración General del Estado se ha reducido.

Rajoy recordó que en 2004 el número de empleos ofertados por el Estado llegaba a 23.000 puestos y ahora es casi un 50% superior a esa cifra, hasta alcanzar los 35.000.

También compartió la medida del Gobierno que pretende congelar los sueldos de los altos cargos, aunque advirtió de que el mayor incremento del gasto público de los últimos meses viene impuesto por la creación de nuevos puestos de dirección en los ministerios desde los comicios del 9-M.

El líder de los populares propuso adoptar otro tipo de medidas añadidas como una "reducción fuerte del gasto público" y "una rebajada selectiva de impuestos", especialmente el de Sociedades con una tasa del 20% para las pyme y del 25% para las grandes compañías.

Rajoy señaló que estos pasos serían "más eficaces" que la devolución de 400 euros a los contribuyentes, puesto que "no se sabe qué sentido tiene" esa medida y resulta "profundamente injusta".