Rajoy afirmó en el Foro ABC que algunos miembros del PSOE se han dirigido al principal partido de la oposición para expresar su preocupación por la reforma estatutaria catalana, en la que en su artículo 1 se define a esta comunidad autónoma como una nación.

El líder de los populares valoró que la inclusión del término "nación", ya sea en el articulado o en el preámbulo, hace "muy difícil" que Partido Popular y Partido Socialista puedan ponerse de acuerdo para presentar una enmienda a este punto concreto.

Tras el anuncio del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de su intención de modificar expresamente el artículo 1 del Estatuto, Rajoy advirtió de que sería "ridículo" llevar a cabo un simple "enjuague" para que la definición como nación aparezca de otro modo o en otro sitio de la norma.

Ante la inminencia del debate parlamentario sobre la admisión a trámite del Estatuto catalán en el Congreso, Rajoy descartó que el PP vaya a pedir el voto secreto, vaya a convocar manifestaciones por la unidad de España o tenga pensando presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno.

LA "SOGA" DE ZAPATERO

El líder de la oposición interpretó que Rodríguez Zapatero "se está ahorcando con su propia soga" al impulsar una reforma estatutaria que contiene numerosos elementos de inconstitucionalidad y que abre un "periodo de incertidumbre política muy grave" en Cataluña y en España.

"Que alguien que no ha sabido reconducir los excesos de Maragall y del PSC cuando estaban en el aire y aún no se había fraguado; que no ha tenido autoridad ni ascendiente sobre sus compañeros catalanes para evitar que se aprobara un texto inconstitucional como el que tendremos que debatir por su culpa, nos quiera convencer ahora que podrá hacer lo que no hizo antes me parece una puerilidad petulante", dijo.

Rajoy sostuvo que el nuevo Estatuto pone en juego "la superviviencia de la Constitución", puesto que supone una "reforma encubierta e ilegítima" y una "evidente vulneración" de la Carta Magna que los españoles aprobaron en referéndum en 1978.

Añadió que este "desaguisado monumental y sin precedentes" sólo sirve para que una "minoría fanática" alimente el conflicto identitario entre Cataluña y el resto de España, y algunos dirigentes políticos satisfagan su "ego" y sus "ensoñaciones ideológicas".

UN "DELIRIO"

Rajoy apuntó al "sainete cómico" en el que se ha convertido la política catalana y a los "delirios" de sus integrantes como los responsables de que esta reforma estatutaria haya salido adelante.

No obstante, explicó que su oposición al Estatuto "no es una oposición a Cataluña ni a sus instituciones ni a la voluntad de autogobierno de la que emanó el Estatuto que ahora se quiere reformar", sino que es contra la "ilegalidad" del proceso y contra la vulneración de la Constitución.

El líder de la oposición se comprometió a trabajar por "una España unida, cohesionada, plural y orgullosa de su diversidad" ante la "hora difícil" en la que se encuentra el Estado desde que el Parlamento de Cataluña aprobó su propuesta de nuevo Estatuto.

Finalmente, rechazó que le tilden de anticatalán por criticar una reforma que genera un clima de anormalidad y que está avalada por un presidente del Gobierno "acomplejado, con mala conciencia e ideas confusas", que "cultiva el disimulo y el ocultamiento", que gobierna con "vaguedades y demagogia", y que adopta medidas "alicortas y timoratas como de quien pide perdón".