Durante el turno de réplica en el Debate sobre el Estado de la Nación, Rajoy criticó la "falta de respeto" de Zapatero hacia el Parlamento por dedicar buena parte de su segunda intervención a recordar lo que hizo el Partido Popular en las dos legislaturas anteriores y sacar a relucir detalles concretos de la vida política del líder de la oposición.

"El problema es que aquí no venimos a hablar de mí, sino del Estado de la Nación", apostilló. Rajoy replicó a Zapatero que, dado que habla tanto de lo que hace la oposición, parece que "está haciendo oposiciones para volver a la oposición".

Además, sacó a relucir el Pacto del Tinell para denunciar el "sectarismo atroz" y el "atentado a la convivencia" del secretario general del Partido Socialista, de quien dijo que "sólo le interesa seguir en el poder".

Rajoy señaló que ése es el verdadero motivo por el que Zapatero "trata de excluir" al principal partido de la oposición de las grandes reformas y le acusó de no tener "una idea de España" que aplicar con sus políticas.

A modo de argumento contra el Gobierno, recordó las numerosas manifestaciones que agricultores, víctimas del terrorismo, el sector educativo y los vecinos de la ciudad de Salamanca, entre otros, han promovido en el último año como protesta.

Rajoy aprovechó la alusión a las concentraciones de ciudades para resaltar la detención ilegal de dos militantes del Partido Popular en enero de 2005 "sin que haya dimitido" por ello el entonces ministro del Interior, José Antonio Alonso.

El presidente de los populares insistió en los problemas que está generando la llegada masiva de inmigrantes y recordó que, ya en el Debate sobre el Estado de la Nación del pasado año, advirtió a Zapatero de los efectos que podía tener el proceso de regularización puesto en marcha por el ministro Jesús Caldera.

Añadió que el PSOE "no tiene ninguna política de inmigración" y se ha limitado a aprobar una regularización de inmigrantes que se ha convertido "en la mayor de la historia" y que ha atraido a las mafias.

Finalmente, recriminó a Zapatero que para defender su política exterior se limitase a recordar la Cumbre de Las Azores y el apoyo de José María Aznar a la intervención bélica de Estados Unidos y Gran Bretaña en Iraq.