Rajoy hizo estas declaraciones ante Miguel Sanz, presidente de Unión del Pueblo Navarro, partido hermano del PP en la comunidad foral, y presidente de la Comunidad de Navarra. "Yo no aceptaré que los navarros se conviertan en los damnificados de las operaciones y de los intereses políticos de algunos. No lo aceptaré de ninguna manera", apostilló.

El dirigente popular exigió al Gobierno claridad en torno a este asunto, porque "hay que hacer un esfuerzo para derrotar a ETA, pero hay que ser muy claro y explicarle a la gente las condiciones y los principios sin que se dé lugar a ningún género de dudas".

Asimismo, exigió al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que se comprometa públicamente a que "su partido no va a establecer ningún tipo de coalición con fuerzas políticas que no creen en Navarra sino que están en otra operación distinta".

Tras recordar que el PP ofreció su respaldo al presidente del Gobierno tras el alto el fuego de ETA, Rajoy manifestó que el objetivo prioritario "no es verificar si la banda terrorista está quieta una temporada, sino verificar que hay tomada una decisión irreversible de dejar las armas".

Mientras esto no suceda y ETA lo reconozca con claridad, dijo, "el Gobierno no tiene que tomar ninguna suerte de medida en relación con nada". Rajoy advirtió de que hay posiciones que son "inaceptables" y se mostró tajante en que el PP no piensa ceder cualquier cosa para lograr el fin del terrorismo.

Por último, criticó que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, justificara la reunión entre Juan José Ibarretxe y Arnaldo Otegi cuando se trata de una persona que "no está en la cárcel porque ha pagado cientos de miles de euros", aunque Zapatero le haya elogiado porque trabajar a favor de la paz.