El SAR, incorporado a los satélites ERS-2 y ERS2, refleja una serie de impulsos de radio del suelo a medida que el satélite realiza su trayectoria orbital, y un avanzado ordenador se encarga de convertir los ecos en una imagen detallada del territorio.

Las imágenes del sofisticado radar pueden utilizarse para distinguir tipos de terreno y para elaborar un mapa digital detallado que contará con numerosas aplicaciones, como la de calcular con exactitud cómo se comportarán las aguas de una inundación en un lugar determinado.

A partir de esos dats, también se pueden elaborar modelos realistas de acontecimientos reales o previstos empleando para ello técnicas de simulación matemática que permitirán crear temporales de lluvia digitales sobre el paisaje electrónico.

Todos estos datos servirán de patrones pluviométricos o de modelos de desbordamiento de un embalse para los organismos de protección civil que se encargan de identificar zonas de alto riesgo.