En una declaracón sobre la lucha contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, los representantes de los estados han pedido que la Comisión y los países de la Unión apoyen ese día "acciones específicas de sensibilización de los jóvenes al valor de la tolerancia y frente a los peligros del racismo y la xenofobia".

En la declaración también solicitan "que se tomen las medidas necesarias en el ámbito de las acciones y programas destinados a jóvenes, encaminadas a estimular proyectos piloto y proyectos de creaciónde redes especializadas en la lucha contra la intolerancia".

Los Quince estiman conveniente aprovechar el acervo del Año Europeo contra el Racismo y adoptar iniciativas que permitan asegurar la continuidad de estas acciones después de 1997.

El presidente del Consejo, el luxemburgués Alex Bodry, señaló que las últimas estadísticas disponibles muestran datos inquietantes sobre las ideas racistas de muchos jóvenes, razón por la que considera "esencial que la acción del Año Europeo contra el racismo ontinúe".

El Consejo entiende que el proceso de construcción europea se basa en los principios de la tolerancia y del respeto ajeno y que las manifestaciones de racismo, xenofobia y antisemitismo constituyen "un serio peligro" para este proceso.