Sauret recordó que las cifras deben ser analizadas a la luz de los objetivos planteados por la Comisión Europea, que establecen una reducción, para el 2010, del 50% de las muertes en carretera con respecto al año 2000 (en el que fallecieron 4.295 personas). De esta forma, dentro de tres años, España no debería superar los 2.147 muertos.

Para alcanzar esta cifra en 2010, señaló que en el año recién terminado deberían haberse producido un máximo de 2.643 fallecidos, 98 menos de las que en realidad se han computado.

Pese a todo, Sauret aseguró que si se mantienen las cifras de reducción de muertes en torno al 9% anual (en 2007 fue del 9,1%), se alcanzaría el objetivo europeo.

El RACC abogó también por la implantación de fábrica en todos los vehículos del sistema electrónico de estabilidad (ESP, por sus siglas en inglés), pues se reduciría en un 40% la siniestralidad por la salida de la carretera de vehículos.

Igualmente instó a mejorar las infraestructuras en aquellos puntos de mayor siniestralidad, y a los conductores les pidió no bajar la guardia.