El suceso se produjo el pasado día 3 en el bar "El Cazador", situado en la calle Matapozuelos, en el barrio de Canillas. La única versión de lo ocurrido la obtuvo la policía del único superviviente, Juan de Dios Rueda, ya que el encargado del local salió en ese instante a comprar el pan y en el bar no había más clientes.

Juan de Dios Rueda explicó a los funcionarios que staba tomando unas copas acompañado de dos amigos, cuando irrumpieron tres desconocidos de raza árabe, uno de ellos encapuchado, que esgrimían sendas armas de fuego.

Según su testimonio, a él le obligaron a arrojarse al suelo y, a continuación, los recién llegados, sin mediar palabra, comenzaron a disparar contra los otros dos, para posteriormente fugarse.

Francisco Liébana murió prácticamente en el acto, mientras que Enrique Burgos resultó herido de gravedad. Cada uno de ellos presentaba tres imactos de bala.

CONTRADICCIONES

Las primeras indagaciones de los investigadores pusieron de manifiesto una serie de contradicciones en la versión de los hechos facilitada por el único testigo.

La primera se refería al número de armas y disparos, pues sólo se había utilizado una: un revólver del calibre 38, de seis disparos.

También resultaba significativo el hecho de que Juan de Dios Rueda únicamente tuviera unas pequeñas manchas de sangre en la parte baja del pantalón, ya que en la inspeccón ocular los agentes observaron que todo el suelo del reducido cuarto donde se produjo la agresión estaba encharcado de sangre.

Gracias a las informaciones recogidas entre las personas que se relacionaban con las víctimas, los funcionarios averiguaron que Juan de Dios y Francisco Liébana mantuvieron recientemente un enfrentamiento con motivo del pago de una partida de heroína.

TESTIMONIO DEFINITIVO

Sin embargo, quedaba por obtener un testimonio definitivo, el del herido, Enrique Burgos. Este rcobró el conocimiento el pasado jueves, a pesar de que su estado sigue siendo grave, y declaró al juez que Juan de Dios fue el autor de los hechos, por lo que fue dictada una orden de detención.

La policía tuvo dificultades para localizar al presunto homicida, ya que no había vuelto a tener noticias sobre su paradero porque dejó de comparecer a otras citaciones que se le hicieron para ampliar su primera declaración. Además, la dirección que había facilitado resultó ser falsa.

Finalmente, su detenión se produjo en una vivienda situada en el distrito madrileño de San Blas, aunque no ha sido hallada el arma homicida.

Juan de Dios Rueda tiene dos antecedentes policiales, dos de ellos por tráfico de drogas y el tercero por atentado a un agente de la autoridad.